La administración pública se enfrenta a los desafíos que proponen los cambios que se producen a su alrededor los cuales van desde las principales tendencias sociales y económicas hasta las expectativas de lograr servicios de calidad para los usuarios, es decir, ciudadanos y empresas. Al mismo tiempo, deben hacer frente a unos presupuestos más ajustados y a las exigencias de sus propios trabajadores. Seguidamente, analizaremos algunos de estos desafíos.
1) Enfrentar un mundo en transformación
El sector público tiene el reto de jugar un papel clave en la modernización de la economía, de modo que sea más competitiva y dinámica, con crecimiento sostenible y capaz de crear más y mejores empleos a la vez que fomenta y facilita una mayor integración social. Sin embargo, alcanzar dichos objetivos depende de la capacidad de sostener a largo plazo un nivel de crecimiento medio de un 3,5% o superior, las condiciones económicas actuales así lo exigen. Y es que hasta el momento no se le ha dado suficiente énfasis a la importancia del sector público especialmente para impulsar el crecimiento económico.
Un factor que sustenta este punto, es que el sector público es el comprador individual más importante de la economía, representando entre el 20% y 60% del PBI. Por tanto, las administraciones públicas deben convertirse en los principales suministradores de servicios para las empresas e influir en la capacidad de éstas para competir, y adicionalmente, asumir su deber de ofrecer servicios a los ciudadanos, proporcionarles educación, trabajo y asistencia sanitaria.
Recordemos además, que el sector público impone obligaciones a las empresas y a los ciudadanos como la Seguridad Social, la recaudación de impuestos y aunque poco impulsada, la obligación de presentar informes medioambientales. Se calcula que el coste de las obligaciones administrativas alcanza entre un 2-3% del PBI y suele afectar de manera desproporcionada a las pequeñas y medianas empresas. A todo ello, agregaremos que el espíritu empresarial y la inovación se ven influenciados por el tiempo y el coste de constituir una nueva empresa, que pueden variar, desde unos días hasta más de un mes, y alcanzar un coste base de unos US$ 600.00.
También el sector público tiene una influencia clave en las condiciones de los factores de producción, como es el caso de la oferta de trabajadores calificados producto del sistema educativo. Hacer que dichas actividades del sector público resulten más eficientes (reducir el papeleo) y más eficaces (accesibles, cómodas para el usuario, seguras y con un objetivo definido) impulsará el crecimiento económico de la economía en general. En este sentido, la contribución de la administración electrónica es indiscutible. Para terminar de entender la responsabilidad que significa dirigir una administración pública, se suma la expectativa de los usuarios que las administraciones públicas esten preparadas para los desafíos que surjan en el futuro.
Es imprescindible entender que el mejor funcionamiento del mercado interno facilitará la movilidad dentro de las distintas jurisdicciones tanto por motivos de trabajo como por razones educativas o sociales, aumentando así la diversidad de la demanda de los servicios públicos. Las autoridades públicas deben considerar la necesidad de prestar servicios públicos a los ciudadanos a nivel nacional y global.
Sabemos que los comunidad exige, cada vez más, que las autoridades defiendan la libertad, la justicia y la seguridad. Para ello es preciso que se produzca una cooperación entre todos los niveles de gobierno y a nivel internacional, y que se haga frente a las nuevas inseguridades y oportunidades provocadas por la tecnología.
El sector público, al igual que el resto de la economía, enfrenta el desafío de responder a los nuevos avances tecnológicos, en concreto en lo que respecta a las Nuevas Tecnologías Digitales (NTDs). Internet hace posible nuevas formas de participación en el diseño de políticas, tales como los grupos de opinión en línea (redes sociales, foros, etc), es decir, medios emergentes por los cuales se exige a las autoridades públicas revisar su modo establecido de tomar decisiones. Y es que como dice Manuel Castells: «Internet puede servir para que los ciudadanos vigilen a sus gobiernos y no para que los gobiernos vigilen a sus ciudadanos».
Más allá del desafío que supone crear una administración pública moderna, hay que tener en cuenta que existen otros retos que se originan a partir del mercado interno, como son, la convergencia de medios, la descentralización y la globalización puesto que ellas exigen establecer nuevas formas de gobierno. Y es que mediante el uso intensivo de las NTDs, las administraciones públicas lograrán las condiciones para lograr un gobierno multinivel con miras a alcanzar un «espacio público» totalmente integrado para los ciudadanos.
Esto indica que deben hallarse medios más eficaces para ofrecer los servicios públicos, claro está, aprendiendo de los negocios electrónicos pero sin copiarlos. En suma, para que el sector público configure la sociedad del conocimiento es necesario potenciar la innovación y la investigación estableciendo alianzas con los centros productores de conocimientos locales (universidades, institutos, colegios profesionales, asociaciones civiles y empresariales, etc). De otra forma, el coste de su implementación sería por decirlo de alguna forma, inmoral de cara a los niveles de pobreza que atraviesa nuestro país. Es imprescindible entonces creer en la capacidad técnica y profesional de nuestra gente.
Anímate y déjanos un comentario...